Las experiencias que vivimos en la infancia determinan, junto al temperamento con el que nacemos, nuestro carácter o personalidad. Será en ésta donde nuestro máximo potencial se sostenga y, si hemos tenido que protegernos por las experiencias dolorosas con nuestra familia y entorno, también quedará encerrado y bloqueado. Así, el ser que verdaderamente somos, quedará detrás de la máscara de esta personalidad o eneatipo.
En este libro preciso y directo, Gisela López nos cuenta con suma claridad cómo y por qué formamos la personalidad que formamos de niños para poder entender mejor nuestra infancia y la de nuestros hijos. De esta manera, podremos liberarnos de la relación conflictiva con nuestros padres y podremos dar una crianza a nuestros hijos desde un lugar más amoroso y respetuoso con lo que verdaderamente son. Tanto a nuestros hijos reales como a nuestro niño interior.