La solución, en las malas ficciones policiacas,es de orden material: una puerta secreta, una barba suplementaria. En lasbuenas, es de orden psicológico: una falacia, un hábito mental,una superstición. Ejemplo de las buenas -y aun de las mejores-es cualquier relato de Chesterton. (...) En este libro póstumo,los problemas son también de naturaleza verbal. Se trata de un rigoradicional que el autor se ha impuesto. El héroe,Mr. Pond,dice con naturalidad misteriosa: «Claro, como nunca estaban de acuerdo,no podían discutir» o «Aunque todos deseaban que sequedara, no lo expulsaron» y refiere luego una historia que asombrosamenteilumina esa observación. Los ocho cuentos del volumen son buenos. El primero- The Three Horsemen of Apocalypse- es, en verdad, extraordinario.No es menos arduo y elegante que un severo problema de ajedrez o que unacontrerimede Toulet.(Jorge Luis Borges, Revista El Hogar)