¿Para qué la atención? Para entender que somos al menos dos, ego y esencia; y que el camino es la vuelta a casa, el retorno a la esencia entendida como pureza, como la máxima pureza posible en cada momento, para poner el ego, ahora entendido como don, sustantivo de dar, al servicio del mundo.
¿Para qué la atención? Para entender que somos al menos dos, ego y esencia; y que el camino es la vuelta a casa, el retorno a la esencia entendida como pureza, como la máxima pureza posible en cada momento, para poner el ego, ahora entendido como don, sustantivo de dar, al servicio del mundo.
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