Este libro reúne los dos textos que Ivo Andric, premio Nobel de Literatura en 1961, dedicó al gran pintor español Francisco de Goya. En el primero, el escritor resume la vida del pintor y analiza algunos de los aspectos biográ cos más decisivos para entender el estilo y los temas en su obra. En el segundo, Andric recrea una conversación con Goya, quien se le aparece en un viaje a Burdeos, ciudad donde el pintor pasó sus últimos años. Y pese a que Goya le confiese su falta de elocuencia, y hasta la reivindique como el resultado de su apego a la sencillez, su voz suena clara y su discurso es luminoso. Andric realizó así el homenaje más generoso que un escritor puede rendir a un pintor: prestarle las palabras para expresar de otro modo lo que las imágenes pueden seguir revelándonos dos siglos después de haber sido creadas. Para comprobarlo, al lector le bastará contemplar las treinta reproducciones de obras de Goya alojadas en el Museo del Prado que se incluyen en las últimas páginas del libro.
Ancho:
131
cm
Largo:
210
cm
Peso:
162 gr
No disponible
14,00 €
Descripció
ISBN :978-84-17902-19-3
Encuadernació :Piel / Lujo
Data d'edició :01/12/2019
Any d'edició :2019
Idioma :Español, Castellano
Autors/es :Andric, Ivo
Traductors/es :Rodríguez Andreu, Miguel
Nº de pàgines :96
Col·lecció :El Acantilado
Nº de col·lecció :398
Este libro reúne los dos textos que Ivo Andric, premio Nobel de Literatura en 1961, dedicó al gran pintor español Francisco de Goya. En el primero, el escritor resume la vida del pintor y analiza algunos de los aspectos biográ cos más decisivos para entender el estilo y los temas en su obra. En el segundo, Andric recrea una conversación con Goya, quien se le aparece en un viaje a Burdeos, ciudad donde el pintor pasó sus últimos años. Y pese a que Goya le confiese su falta de elocuencia, y hasta la reivindique como el resultado de su apego a la sencillez, su voz suena clara y su discurso es luminoso. Andric realizó así el homenaje más generoso que un escritor puede rendir a un pintor: prestarle las palabras para expresar de otro modo lo que las imágenes pueden seguir revelándonos dos siglos después de haber sido creadas. Para comprobarlo, al lector le bastará contemplar las treinta reproducciones de obras de Goya alojadas en el Museo del Prado que se incluyen en las últimas páginas del libro.
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